(Poemas de Manuel José Othón)
PROCUL NEGOTTIS Matinal Quiero, bajo una bóveda de frondas, columbrar desde allí las parvas blondas y luego reposar, sin un quebranto y alzar a Dios, como oración, un canto, Vespertino Llena el agua los surcos del sembrado Por el chorro impetuoso golpeado, Tras el pardo bardal de la alquería Brilla la llama en el hogar, testigo Nocturno Junto al rojo fogón de la cocina, Después, el sueño mi cerviz inclina, Cuando en el mar del cielo ya no bogue cuando entonen los pájaros la diana,
tras muro grácil de temblosa hierba,
hundir los miembros, que el calor enerva,
en el fresco zafiro de las ondas;
que el bruno y fuerte labrador acerva
y escuchar a la alígera caterva
que trina oculta en las cañadas hondas;
que en el enfermo corazón se hospede,
bajo el haya de Títiro florida;
si tan sólo este goce me concede
por las muchas tristezas de mi vida.
y, mientras se fecunda la simiente,
rebosando de trigo, lentamente
las carretas rechinan en el prado.
zumba y zumba el rodezno roncamente
y, al gritar de las muelas estridente,
truena el nutrido grano triturado.
a bocanadas la tahona humea,
manchando la quietud del muerto día.
de santos goces, y la pobre aldea
su pan ofrece y su seguro abrigo.
bajo el techo de paja del bohío,
ni lluvia torrencial, ni viento frío
temo, cuando la noche se avecina.
me arrulla el manso murmurar del río
y encuentro en el reposo calma y brío,
al lado de mi vieja carabina ...
la luna y en el golfo del ocaso
el grupo de las Pléyades se ahogue;
del pobre hogar saldré con firme paso
a bañarme en la luz de la mañana.
Índice de Poemas rústicos de Manuel José Othón Salmo de fuego
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