Ramón López VelardeEl son del corazónSelección poéticaSegunda edición cibernética, junio del 2011Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazónUna música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltaparedVolando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice AguafuerteAlfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
El son del corazónSelección poéticaSegunda edición cibernética, junio del 2011Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazónUna música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltaparedVolando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice AguafuerteAlfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Segunda edición cibernética, junio del 2011Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazónUna música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltaparedVolando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice AguafuerteAlfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Captura y diseño, Chantal López y Omar CortésHaz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazónUna música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltaparedVolando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice AguafuerteAlfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Haz click aquí, si deseas acceder al Catálogo General de la Biblioteca Virtual AntorchaINDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazónUna música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltaparedVolando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice AguafuerteAlfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
INDICEPresentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazónUna música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltaparedVolando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice AguafuerteAlfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
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Presentación de Chantal López y Omar Cortés.El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
El son del corazón.El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
El ancla.Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Treinta y tres.Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Anna Pavlowa.Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Gavota.En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
En mi pecho felíz.La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
La ascención y la asunción.Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Si soltera agonizas ...El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
El perro de San Roque.Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Vacaciones.¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
¡Qué adorable manía ...!.Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Mi villa.La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
La saltapared.El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
El sueño de los guantes negros.El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
El sueño de la inocencia.Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
Aguafuerte.La suave patria.PRESENTACIÓN
La suave patria.PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
Nacido el 15 de junio de 1888 en el poblado de Jerez del Estado de Zacatecas, Ramón López Velarde, quien a la postre devendría en uno de los más connotados poetas mexicanos, realizó sus primeros estudios en el colegio Morelos desarrollándose en el México pueblerino de finales del siglo XIX, con sus arraigadas costumbres en las que jugaba un papel principal las alegorías místico-religiosas. Su infancia se desenvuelve, pues, en un ambiente mal denominado provinciano, dentro del cual se moldea su personalidad, marcándole de por vida.En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazón
En 1898, la familia López Velarde decide trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, en donde proseguiría sus estudios en la escuela de Sóstenes Olivares. Tres años después está estudiando en el Seminario Conciliar de Zacatecas, y en 1903, de regreso a Aguascalientes, asiste al Seminario Conciliar de la Purísima.
1904 será el año en el que López Velarde realizaría sus pininos como escritor, en el semanario El Observador, publicando Lira Aguascalentense.1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazón
1905, fue cuando inicio la publicación de su revista Bohemia. En 1907 terminaría sus estudios preparatorios en Aguascalientes, inscribiéndose, a continuación, en el Instituto Científico y Literario de San Luís Potosí para cursar la carrera de derecho. Y de esa época para adelante, sus contribuciones literarias serán publicadas en varias revistas, periódicos y suplementos literarios como lo fueron El Debate, El Regional, Pluma y lápiz, Cultura, Kalenda.Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazón
Además de su labor literaria, ejercía como abogado y se interesaba a la política, llegando a ser postulado en 1912 por el Partido Católico Nacional, como candidato suplente a la diputación por su ciudad natal, haciendo mancuerna con el candidato propietario, señor Francisco Hinojosa. Aunque en esas elecciones la fórmula Hinojosa-López, resultó perdedora, fue a raíz de aquella campaña electoral que Ramón López Velarde decidió colaborar con regularidad con el periódico, La Nación, órgano del Partido Católico Nacional.Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazón
Para 1914, López Velarde se trasladaría a la ciudad de México, en donde colaboraría en revistas y periódicos locales como Revista de Revistas, El Nacional Bisemanal, El Universal Ilustrado, Vida Moderna, México Moderno, entre otros. El 21 de junio de 1921, a los treinta y tres años, Ramón López Velarde moriría en la ciudad de México.La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazón
La obra poética El son del corazón que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, constituye el tercero de sus tres libros de poemas. Es una recopilación de sus últimas poesías, algunas de ellas de publicación póstuma, conteniendo, por supuesto, el poema que le enaltecería, La suave patria, fechado el 24 de abril de 1921, publicado en la revista El Maestro del mes de junio de aquel año y posteriormente incluido en El son del corazón, selección poética que vió la luz en 1932.Chantal López y Omar Cortés Volver al Indice El son del corazón
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El son del corazón
Una música íntima no cesa,porque transida en un abrazo de orola Caridad con el Amor se besa.¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón! Volver al Indice El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
¿Oyes el diapasón del corazón?Oye en su nota múltiple el estrépitode los que fueron y de los que son.
Mis hermanos de todas las centuriasreconocen en mí su pausa igual,sus mismas quejas y sus propias furias.
Soy la fronda parlante en que se meceel pecho germinal del bardo druidacon la selva por diosa y por querida.
Soy la alberca lumínica en que nada,como perla debajo de una lente,debajo de las linfas, Scherezada.
Y soy el suspirante cristianismoal hojear las bienaventuranzasde la virgen que fue mi catecismo.
Y la nueva delicia, que acomodasus hipnotismos de color de tangoal figurín y al precio de la moda.
La redondez de la Creación, atruenocorrejando a las hembras y a las cosascon el clamor pagano y nazareno.
¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a sonmoderno, a son de selva, a son de orgíay a son mariano, el son del corazón!
El anclaAntes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Antes de echar el ancla en el tesorodel amor postrimero, yo quisieracorrer el mundo en fiebre de carrera,con juventud, y una pepita de oroen los rincones de mi faltriquera.Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ... Volver al Indice Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Abrazar a una culebra del Niloque de Cleopatra se envuelva en la clámide, y oír el soliloquio intranquilode la Virgen María en la Pirámide.
Para desembarcar en mi país,hacerme niño y trazar con mi gis,en la pizarra del colegio anciano,un rostro de perfil guadalupano.
Besar al Indostán y a la Oceanía,a las fieras rayadas y rodadas,y echar el ancla a una paisana míade oreja breve y grandes arracadas.
Y decir al Amor: De mis pecados,los más negros están enamorados;un miserere se alza en mis cartUjasy va hacia ti con pasos de bebé,como el cándido islote de burbujasnavega por la taza de café.Porque mis cinco sentidos vehementespenetraron los cinco Continentes,bien puedo, Amor final, poner la manosobre tu corazón guadalupano ...
Treinta y tresLa edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
La edad del Cristo azul se me acongojaporque Mahoma me sigue tiñendoverde el espíritu y carne roja,y los talla, al beduino y a la hurí,como una esmeralda en un rubí.Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta! Volver al Indice Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Yo querría gustar del caldo de habas,mas en la infinidad de mi deseose suspenden las sílfides que veocomo en la conservera las guayabas.
La piedra pómez fuera mi amuleto,pero mi humilde sino se contristaporque mi boca se instala en secretoen la feminidad del esqueletocon un escrúpulo de diamantista.
Afluye la parábola y flameay gasto mis talentos en la luchade la Arabia Feliz con Galilea.
Me asfixia, en una dualidad funesta,Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,y de Zoraida la grupa bisiesta.
Plenitud de cerebro y corazón,oro en los dedos y en las sienes rosas,y el Profeta de cabras se perfilamás fuerte que los dioses y las diosas.
¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:regateas con Cristo las mercedesde fruto y flor, y ni siquiera puedestu cadáver colgar de la impolutaatmósfera imantada de una gruta!
Anna PavlowaPiernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Piernaseternasque decísde Luisa La Vallierey de Thaís ...Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas! Volver al Indice GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Piernas de rana,de ondinay de aldeana;en su vocabulariose fascinala caravana.
Piernasen las cualesdanza la Teologíafuneralesy epifanía.
Piernas:alborozos y lutosy parodias de los Atributos.
Piernasen que exordiala Misericordiaen la derecha,y se iniciaen la otra la Justicia.
Piernasque llevan del muslo al talónlos recados del corazón.
Piernasdel reloj humano,certeras como manecillas,dudosas como lo arcano,sobresaltadascon la coquetería de las hadas.
Piernaspara que circuyasel espíritu, que se desarmaentre tus aleluyas;si la violeta de Parmatuviese piernas,serían las tuyas.
Mística integral,melómano alfiler sin fe de erratas,que yendo de puntillas por el globolas libélulas atas y desatas.
¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,agitando las ánimas eternasen los modismos de tus piernas!
GavotaSeñor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Señor, Dios mío: no vayasa querer desfigurarmi pobre cuerpo, pasajeromás que la espuma de la mar.Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota. Volver al Indice En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Ni me des enfermedad largaen mi carne, que fue la cargade la nave de los hechizos,del dolor el aposentoy la genuflexión verídicade tu trágico pavimento.
No me hieras ningún costado,no me castigues a mi cuerpopor haber vivido endiosadoante la Naturalezay frente a los vertebralesespejos de la belleza.
Yo reconozco mi osadíade haber vivido profesandola moral de la simetría.
Amé los talles zalamerosy el virginal sacrificio;amé los ojos pendencierosy las frentes en armisticio.
No tengo miedo de morir,porque probé de todo un poco,y el frenesí del pensamientotodavía no me vuelve loco.
Mas con el pie en el estriboimploro rápida agoníaen mi final hostería.
Para que se encomiende a Dios,en la hostería, una muchacha,con su peinado de bandós,y que de ir por los caminostenga la carne de luzde los perones cristalinos.
Y que en sus manos, inundadasde luz, mi vida quede rotaen un tiempo de gavota.
En mi pecho felizNo he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
No he buscado poder ni metal,mas viví en una marcha nupcial.Me parece que por amar tantovoy bebiendo una copa de espanto.Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla. Volver al Indice La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
Claroscuro de noche y de día;corazón y cabeza y hombría,los tres nudos que tiene mi sera la buena y la mala mujer.
En mi pecho feliz no hubo cosade cristal, terracota o madera,que abrazada por mí no tuvieramovimientos humanos de esposa.
¡Desdichado el que en la hora lunaren su lecho no huele azahar!
Desposémonos con la sencillaavestruz, con la liebre y la ardilla.
La ascensión y la asunciónVive conmigo no sé qué mujerinvisible y perfecta, que me encumbraen cada anochecer y amanecer.Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción! Volver al Indice Si soltera agonizas ...
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Sobre caricaturas y parodias,enlazado mi cuerpo con el suyo,suben al cielo como dos custodias ...
Dogma recíproco del corazón:¡ser, por virtud ajena y virtud propia,a un tiempo la Ascensión y la Asunción!
Su corazón de niebla y teología,abrochado a mi propio corazón,traslada, en una música estelar,el Sacramento de la Eucaristía.
Vuela de incógnito el fantasma de yeso,y cuando salimos del fin de la atmósferame da medio perfil para su diálogo,y un cuarto de perfil para su beso ...
Dios, que me ve que sin mujer no atinoen lo pequeño ni en lo grande, diomede ángel guardián un ángel femenino.
¡Gracias, Señor, por el inmenso donque transfigura en vuelo la caída,juntando, en la miseria de la vida,a un tiempo la Ascención y la Asunción!
Si soltera agonizas ...
Amiga que te vas:quizá no te vea más.Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha. Volver al Indice El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
Ante la luz de tu alma y de tu tezfui tan maravillosamente castocual si me embalsamara la vejez.
Y no tuve otro arteque el de quererte para aconsejarte.
Si soltera agonizas,irán a visitarte mis cenizas.
Porque ha de llegar un ventarróncolor de tinta abriendo tu balcón.Déjalo que trastorne tus papeles,tus novenas, tus ropas, y que apaguela santidad de tus lámparas fieles ...
No vayas, encogido el corazón,a cerrar tus vidrierasa la tinta que riega el ventarrón.
Es que voy en la rachaa filtrarme en tu paz, buena muchacha.
El perro de San RoqueYo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
Yo sólo soy un hombre débil, un espontáneoque nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces! Volver al Indice VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
A medida que vivo ignoro más las cosas;no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas.
Sólo estUve sereno, como en un trampolín,para asaltar las nuevas cinturas de las Martasy con dedos maniáticos de sastre, medir cuartasa un talle de caricias ideado por Merlín.
Admiro el universo como un azul candado,gusto del cristianismo porque el Rabí es poeta,veo arriba el misterio de un único cometay adoro en la Mujer el misterio encarnado.
Quiero a mi siglo; gozo de haber nacido en él;los siglos son en mi alma rombos de una pelotapara la dicha varia y el calosfrío cruelen que cesa la media y lo crudo se anota.
He oído la rechifla de los demonios sobremis bancarrotas chuscas de pecador vulgar,y he mirado a los ángeles y arcángeles mojarcon sus lágrimas de oro mi vajilla de cobre.
Mi carne es combustible y mi conciencia parda;efímeras y agudas refulgen mis pasionescual vidrios de botella que erizaban la bardadel gallinero contra los gatos y ladrones.
¡Oh, Rabí, si te dignas, está bien que me orientes:he besado mil bocas, pero besé diez frentes!
Mi voluntad es labio y mi beso es rito ...¡Oh, Rabí, si te dignas, bien está que me encauces;como el can de San Roque, ha estado mi apetitocon la vista en el cielo y la antorcha en las fauces!
VacacionesDe tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
De tu pueblo a tu hacienda te llevabasla cabellera en libertad y el pechoguardado por cien místicas aldabas.Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo. Volver al Indice ¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
Metías en el coche los canarios,la máquina de Singer, la maceta,la canasta del pan ... Y en el otoñote ibas rezando leguas de rosarios.
René, el gigante perro del pastor,en un galope como si nadara,te escoltaba, buscándote la cara.
Y detrás del René blanco y giganteen aquel mapamundi de ilusióncabalgaba sin brida el estudiante.
René hacía tres veces el caminoyendo y viniendo desde ti hasta mí,ladrando porque no y porque sí.
René, acróbata de tu portezuela,venía a hacer brincar su corazónescandaloso, arriba de mi arzón.
Luego mordía a las mulas; pero ellas,al peligroso paso de tu río,sólo pedían, por sacarte salva,transfigurarse en un tiro de estrellas.
A ti la voz confidencial del campode mañana llamábate la hijamayor de la comarca, y en la tardede todo lo creado la idea fija.
Del mapamundi del amor, no másyo en estas vacaciones sobrevivo;pero fuera del mundo van un coche,un estudiante de Santo Tomásy un perro que les ladra sin motivo.
¡Qué adorable manía ...!¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
¡Qué adorable manía de deciren mi pobreza y en mi desamparo:soy más rico, muy más, que un gran Visir:el corazón que amé se ha vuelto faro!Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro! Volver al Indice Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
Cuando se cansa de probar amormi carne, en torno de la carne viva,y cuando me aniquilo de estuporal ver el surco que dejó en la arenami sexo, en su perenne rogativa,de pronto convertirse al mundo veoen un enamorado mausoleo ...
Y mi alma en pena bebe un negro vino,y un sonoro esqueleto peregrinoanda cual un laúd por el camino ...
Por darme el santo y seña, la viajerase ata debajo de la calaveralas bridas del sombrero de pastora.
En su cráneo vacío y aromáticotrae la esencia de un eterno viático.
¡Y al fin, del fondo de su pecho claro,claro de Purgatorio y de Sión,en el sitio en que hubo el corazónme da a beber el resplandor de un faro!
Mi villaSi yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
Si yo jamás hubiera salido de mi villa,con una santa esposa tendría el refrigeriode conocer el mundo por un solo hemisferio.Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no. Volver al Indice La saltapared
Tendría, entre corceles y aperos de labranza,a Ella, como octava bienaventuranza:
Quizá tuviera dos hijos, y los tendríasin un remordimieoro ni una cobardía.
Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo,el niño iría de luto, pero la niña no.
¿No me hubieras vivido, tú, que fuiste una aurora,una granada virgen de virginales gajos,una devota de María Auxiliadoray un misterio exquisito con los párpados bajos?
Hacia tu pie, hermosura y alimento del día,recién nacidos, piando y piando de hambrerodaran los pollitos, como esferas de estambre.
Quiero otra vez mis campos, mi villa y mi caballoque en el sol y en la lluvia lanza a mitad del viajesu relincho, penacho gozoso del paisaje.
Corazón que en fatigas de vivir vas a nadoy que estás florecido, como está la caderade Venus, y ceniciento cual la maderaen que grabó su puño de ánima el condenado:tu tarde será simple, de ejemplar feligrésabsorto en el perfume de hogareños panquésy que en la resolana se santigua a las tres.
Corazón: te reservo el mullido descansode la coqueta villa en que el señor mi abuelocontaba las cosechas con su pluma de ganso.
La moza me dirá con su voz de alfeñiquemarchándose al rosario, que le abrace la faldaampulosa, al sonar el último repique.
Luego resbalaré por las frutales tapiasen recuerdo fanático de mis yertas prosapias.
Y si la villa, enfreore de la jocosa luna,me reclama la pérdida de aquel bien que me dio,sólo podré jurarle que con otra fortunael niño iría de luto, pero la niña no.
La saltapared
Volando del vérticedel mal y del bien,es independientela saltapared.Y su principado,la ermita que fuegranero después.Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared. Volver al Indice El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice Aguafuerte
Y su principado,la ermita que fuegranero después.
Sobre los tablerosde la ruina fiella saltaparedjuega su ajedrez,sin tumbar la reina,sin tumbar al rey ...
Ave matemática,nivelada escomo una ruletaque baja y que subefeliz, a cordel.
Su voz vergonzantellora la doblezcon que el mercaderse llevó al canarioy al gorrión tambiéna la plaza pública,a sacar la suertedel señor burgués.
Del tejado bebeagua olvidadizade los aguaceros,porque trasparentesu cuerpo albañilgratuito nivel.
Y al ángel que quierereconstruir la ermitadel eterno Rey,sirve de plomadala saltapared.
El sueño de los guantes negrosSoñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice Aguafuerte
Soñé que la ciudad estaba dentrodel más bien muerto de los mares muertos.Era una madrugada del inviernoy lloviznaban gotas de silencio.No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice Aguafuerte
No más señal viviente, que los ecosde una llamada a misa, en el misteriode una capilla oceánica, a lo lejos.
De súbito me sales al encuentro,resucitada y con tus guantes negros.
Para volar a ti, le dio su vueloel Espíritu Santo a mi esqueleto.
Al sujetarme con tus guantes negrosme atrajiste al océano de tu seno,y nuestras cuatro manos se reunieronen medio de tu pecho y de mi pecho,como si fueran los cuatro cimientosde la fábrica de los universos.
¿Conservabas tu carne en cada hueso?El enigma de amor se veló enteroen la prudencia de tus guantes negros ...
¡Oh, prisionera del valle de Méjico (Mexico está escrito con j en el original)!Mi carne (Ilegible en el original) de tu ser perfectoquedarán ya tus huesos en mis huesos;y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpofue sepultado en el valle de Méjico;y el figurín aquel, de pardo géneroque compraste en un viaje de recreo ...Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ... Volver al Indice El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice Aguafuerte
Pero en la madrugada de mi sueño,nuestras manos, en un circuito eternola vida apocalíptica vivieron.
Un fuerte ... como en un sueño,libre como cometa, y en su vuelola ceniza y ... del cementeriogusté cual rosa ...
El sueño de la inocenciaSoñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice Aguafuerte
Soñé que comulgaba, que brumas espectralesenvolvían mi pueblo, y que Nuestra Señorame miraba llorar y anegar su Santuario.Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto! Volver al Indice Aguafuerte
Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuerae hizo crecer las calles como en un temporal;y los niños echaban sus barcos papeleros,y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,según se dice en la moda de la provincia,cruzaban por mi llanto con vuelos insensibles,y yo era ante la Virgen, cabizbaja y benévola,el lago de las lágrimas y el río del respeto ...
Casi no he despertado de aquella maravillaque enlazara mis Últimos óleos con mi Bautismo;un día quise ser feliz por el candor,otro día, buscando mariposas de sangre,mas revestido ya con la capa de polvode la santa experiencia, sé que mi corazón,hinchado de celestes y rojas utopías,guarda aún su inocencia, su venero de luz:¡el lago de las lágrimas y el río del respeto!
Aguafuerte
Alfonso, inquisidor estrafalario:te doy mi simpatía, porque tienesun aire de murciélago y canario.Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta. Volver al Indice La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Tu capa de diabólicos vaivenesbrota del piso, en un conjuro doblede Venecias y de Jerusalenes.
Equidistante del rosal y el robletrasnochas, y si busco en la florestade España un bardo de hoy, tu ave en fiestacasi es la única que me contesta.
La Suave PatriaProemioYo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Yo que sólo canté de la exquisitapartitura del íntimo decoro,alzo hoy la voz a la mitad del foro,a la manera del tenor que imitala gutural modulación del bajo,para cortar a la epopeya un gajo.Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Navegaré por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chuanque remaba la Mancha con fusiles.
Diré con una épica sordina:la Patria es impecable y diamantina.
Suave Patria: permite que te envuelvaen la más honda música de selvacon que me modelaste por enteroal golpe cadencioso de las hachas,entre risas y gritos de muchachasy pájaros de oficio carpintero.
Primer actoPatria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Patria: tu superficie es el maíz,tus minas el palacio del Rey de Oros,y tu cielo, las garzas en deslizy el relámpago verde de los loros.El Niño Dios te escrituró un establoy los veneros del petróleo el diablo.Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Sobre tu Capital, cada hora vuelaojerosa y pintada, en carretela;y en tu provincia, del reloj en velaque rondan los palomos colipavos,las campanadas caen como centavos.
Patria: tu mutilado territoriose viste de percal y de abalorio.
Suave Patria: tu casa todavíaes tan grande, que el tren va por la víacomo aguinaldo de juguetería.
Y en el barullo de las estaciones,con tu mirada de mestiza, ponesla inmensidad sobre los corazones.
¿Quién, en la noche que asusta a la rana,no miró, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanapólvora de los fuegos de artificio?
Suave Patria: en tu tórrido festínluces policromías de delfín,y con tu pelo rubio se desposael alma, equilibrista chuparrosa,y a tus dos trenzas de tabaco sabeofrendar aguamiel toda mi briosaraza de bailadores de jarabe.
Tu barro suena a plata, y en tu puñosu sonora miseria es alcancía;y por las madrugadas del terruño,en calles como espejos, se vacíael santo olor de la panadería.
Cuando nacemos, nos regalas notas,después, un paraíso de compotas,y luego te regalas toda entera,suave Patria, alacena y pajarera.
Al triste y al feliz dices que sí,que en tu lengua de amor prueben de tila picadura del ajonjolí.
¡Y tu cielo nupcial, que cuando truenade deleites frenéticos nos llena!Trueno de nuestras nubes, que nos bañade locura, enloquece a la montaña,requiebra a la mujer, sana al lunático,incorpora a los muertas, pide el Viático,y al fin derrumba las madereríasde Dios, sobre las tierras labrantías.Trueno del temporal: oigo en tus quejascrujir los esqueletos en parejas,oigo lo que se fue, lo que aún no tocoy la hora actual con su vientre de coco,y oigo en el brinco de tu ida y venida,oh trueno, la ruleta de mi vida.
IntermedioCuauhtémocJoven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Joven abuelo: escúchame loarte,único héroe a la altura del arte.Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Anacrónicamente, absurdamente,a tu nopal inclínase el rosal;al idioma del blanco, tú lo imantasy es surtidor de católica fuenteque de responsos llena el victorialzócalo de ceniza de tus plantas.
No como a César el rubor patriciote cubre el rostro en medio del suplicio:tU cabeza desnuda se nos queda,hemisféricamente, de moneda.
Moneda espiritual en que se fraguatodo lo que sufriste: la piraguaprisionera, el azoro de tUs crías,el sollozar de tus mitologías,la Malinche, los ídolos a nado,y por encima, haberte desatadodel pecho curvo de la emperatrizcomo del pecho de una codorniz.
Segundo actoSuave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Suave Patria: tú vales por el ríode las virtudes de tU mujerío;tUs hijas atraviesan como hadas,o destilando un invisible alcohol,vestidas con las redes de tu sol,cruzan como botellas alambradas.Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!Volver al Indice
Suave Patria: te amo no cual mito,sino por tu verdad de pan bendito,como a niña que asoma por la rejacon la blusa corrida hasta la orejay la falda bajada hasta el huesito.
Inaccesible al deshonor, floreces;creeré en ti, mientras una mejicanaen su tápalo lleve los doblecesde la tienda, a las seis de la mañana,y al estrenar su lujo, quede llenoel país, del aroma del estreno.
Como la sota moza, Patria mía,en piso de metal, vives al día,de milagro, como la lotería.
Tu imagen, el Palacio Nacional,con tu misma grandeza y con tu igualestatura de niño y de dedal.
Te dará, frente al hambre y al obús,un higo San Felipe de Jesús.
Suave Patria, vendedora de chía:quiero raptarte en la cuaresma opaca,sobre un garañón, y con matraca,y entre los tiros de la policía.
Tus entrañas no niegan un asilopara el ave que el párvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadáver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma.
Si me ahogo en tus julios, a mí bajadesde el vergel de tu peinado densofrescura de rebozo y de tinaja,y si tirito, dejas que me arropeen tu respiración azul de inciensoy en tus carnosos labios de rompope.
Por tu balcón de palma bendecidasel Domingo de Ramos, yo desfilolleno de sombra, porque tú trepidas.
Quieren morir tu ánima y tu estilo,cual muriéndose van las cantadorasque en las ferias, con el bravío pechoempitonando la camisa, han hechola lujuria y el ritmo de las horas.
Patria, te doy de tu dicha la clave:sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;cincuenta veces es igual el Avetaladrada en el hilo del rosario,y es más feliz que tú, Patria suave.
Sé igual y fiel; pupilas de abandono;sedienta voz, la trigarante fajaen tus pechugas al vapor; y un tronoa la intemperie, cual una sonaja:¡la carreta alegórica de paja!