CARTA DE R. FROMENT A J. GRAVE

En varias ocasiones, excelentes camaradas -entre otros los del Libertaire- nos han reprochado el no ocupamos suficientemente de lo que se ha convenido en llamar la revolución mexicana. Pero, hasta ahora, nos ha sido imposible obtener alguna información precisa sobre la situación actual de ese país.

Por un lado algunos camaradas afirman enérgicamente que alli se está organizando una revolución social; pero por otro lado, otros camaradas cuya sinceridad conocemos, nos afirman no menos enérgicamente que los primeros, que el Partido Liberal Mexicano sólo es un partido político que está disputando el poder a los que han desposeido a Diaz.

Y como nuestro papel es el de dejar como únicos jueces de los hechos a nuestros lectores, sólo nos queda hacerles conocer los documentos que nos llegan o, las informaciones que nos comunican camaradas de los que no se puede sospechar su buena fe. Esto, sin embargo, sin prejuicio de los comentarios que nosotros nos reservamos el derecho de hacer sobre dichos documentos o informaciones y que también los camaradas tienen el derecho de aceptar o de rechazar.

Entre estas informaciones, he aquí las que acabamos de recibir:

Acerca de la cuestión de México habría bastante que decir, pero pienso que es mejor esperar. La Cronaca pudo conseguir varios ejemplares de un volante distribuido por R. F. Magón, de la Regeneración (sic); les envió uno para que vean cómo los dizque libertarios del Partido Liberal Mexicano engañan a las gentes que tienen la tontería de creerles revolucionarios sinceros. Este volante distribuido en México viene después de muchos artículos de periódico en donde Magón declara haber repudiado el programa del Partido Liberal. (Se refiere al Programa de 1906. Nota de Chantal López y Omar Cortés).
Pero hay algo todavía mejor. Magón, desde hace seis meses, hace elogios del camarada Zapata; y así unos anarquistas han creido que el general Zapata es realmente un anarquista. Y bien, Zapata, en una proclama publicada hace quince días, dice abiertamente que él y sus hombres combaten para la realización en México del Programa del Partido Liberal; que está por la libertad, por la justicia y por la ley, y que espera la ayuda del bien para el triunfo de la revolución.
Entre los documentos, he aquí las principales partes del Programa del que habla nuestro camarada:
El Partido Liberal Mexicano se propone arrancar a los capitalistas la tierra de la que se han apoderado para entregarla a los millones de seres humanos que componen la nación mexicana, sin distinción de sexo.
Las reivindicaciones del Partido Liberal son muy amplias y van muy lejos, sin embargo, en el próximo movimiento armado, piensa obtener el pan, la instrucción y el bienestar para todos -hombres y mujeres- por medio de la toma de posesión de la tierra, de la reducción de las horas de trabajo y del aumento de los salarios. Estos mejoramientos, por sí mismos, tendrán el poder de conducir a otros y otros más.
Pero lo menos que el pueblo debe conquistar, es la tierra sin amo, es decir al goce de todos. Obtenido esto, los demás amos que queden, los amos de la industria, del comercio y de la politica, desaparecerán muy rápidamente por la fuerza de las circunstancias.
Como se puede ver, nuestro camarada tiene razón: las ideas del Partido Liberal Mexicano son bastante contradictorias.
Pues si la tierra se vuelve común, no será necesario -por lo menos para los que se volverán poseedores del suelo, -y todos deben llegar a serlo- decretar la reducción de las horas de trabajo, ya que éste será regido por el consumo y la producción.
Y si la propiedad industrial, comercial y política (sic) sigue subsistiendo, otra vez será una sociedad autoritaria que no podrá ser destruida mas que por otra revolución.

R. Froment

(De Les Temps Nouveaux, 2 de marzo de 1911)

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