Fue en el mes de noviembre de 1982 cuando, bajo el sello de nuestra editorial Ediciones Antorcha, editamos la recopilación Artículos políticos 1914 de Ricardo Flores Magón, misma que se sumaba a las que ya habíamos editado. Cabe precisar que al iniciar nuestro proyecto editorial en 1975, pretendíamos dar a conocer poco a poco, la obra, si bien no completa sí escogida, del más grande visionario de esa época.

Han pasado ya casi veintiséis años desde que viera la luz esta recopilación que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha. Durante este periodo de tiempo, nuestra percepción tanto de lo que representó el año de 1914 dentro del proceso denominado Revolución Mexicana, como de la figura de Ricardo Flores Magón y su desempeño organizativo y político en tan aciago año, ha tenido variaciones de importancia.

En efecto, 1914 representa para Ricardo Flores Magón, su vocero Regeneración, y la organización que presidía, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, lo que con toda justeza se podría denominar el año de la revelación, esto es cuando, sin tapujos, prejuicios ni cortapisas, se declaran en pro de la corriente del anarquismo revolucionario en su tendencia expropiadora. Puesto que es, precisamente, a partir de 1914, que Ricardo Flores Magón, Regeneración y el Partido Liberal Mexicano, materialmente se descubren etiquetándose, ante propios y extraños, como ardientes propagadores y divulgadores del anarquismo expropiador, manejando un discurso agresivo que alcanza un lastimero climax, tornándose en desventurados exabruptos de una violencia extrema.

Ante este hecho cabe preguntarse si el Partido Liberal Mexicano, el vocero Regeneración y Ricardo Flores Magón, avanzaban o retrocedían en el logro de sus objetivos. Para nosotros, no cabe duda de que tal forma de actuar constituyó un retroceso completo; es más, y aunque quizá para algunos resulte muy apresurado el tan sólo suponerlo, es hartamente probable que ese giro de 180° en la táctica liberal, haya sido el resultado de la evidente desesperación, por parte de su dirigencia o, si se prefiere, del elemento pensante, al no ver, como ardientemente se deseaba, la reacción popular que ideológicamente suponíase debería de ocurrir.

Esa revelación generó, al interior de la organización, un descontrol tal, que condujo a una fractura insuperable.

Bien sabemos, quienes nos hemos adentrado un poco en la historia de Ricardo Flores Magón, de Regeneración y de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, que el inicio del desmoronamiento de ese organismo, habremos de ubicarlo por los años de 1906-1907, cuando el fracaso del intento de sublevación generalizada, programado para mediados de 1906 generó en el interior de la, en aquel entonces, única organización opositora al porfirismo, a la vez que el desencanto, el nacimiento de dos corrientes en su seno. Una, de marcadas tendencias reformistas muy proclive a aprender de la derrota, aprendiendo a establecer contactos y puentes de comunicación con otros partidos y organizaciones y otra, que hundiéndose en la desesperación, buscó su desarrollo en el fomento de acciones armadas, desdeñando la experiencia surgida de la derrota al otorgar a auténticas nimiedades, la culpa del fracaso. Así, a partir de esos años, esas dos tendencias irán rapidamente separándose más, y más, y más ... hasta llegar al fatal rompimiento, que se plasmará durante los años de 1910 y 1911. Y, precisamente a finales de 1911, la tendencia proclive al endurecimiento pintará, como comunmente se dice, su raya de cara a su propio pasado, con la expedición del Manifiesto del 23 de septiembre de 1911 (Haz click aquí, si deseas leer este manifiesto), documento al que, dicho sea de paso, se recurre con gran insistencia en la gran mayoría de los artículos que componen la selección que ahora presentamos de Artículos políticos 1914.

Ahora bien, si en nuestra opinión, ese lenguaje en extremo violento de Ricardo Flores Magón en sus artículos periodísticos de 1914, es además de negativo, contraproducente, es necesario precisar que su argumentación no puede, de manera alguna, considerarse equivocada. Muy por el contrario, es convincente, clara, precisa, lo que la demerita es ese llamado a la violencia, aunque, y es de entenderse, la situación que se vivía durante aquellos años la explique.

Así pues, es lamentable que toda esa riqueza de contenido naufrague en los exabruptos de un lenguaje virulento hasta decir ¡¡¡basta!!!

Ahora bien, independientemente de las simpatías o antipatías para con ese tipo de discurso, existen datos precisos que nos clarifican la situación que en ese entonces vivíase en el seno tanto del grupo editor del periódico Regeneración, como del Partido Liberal Mexicano. Nos referimos al agarrón entre los buenos representados por Ricardo Flores Magón y seguidores; contra los malos representados por Rafael Romero Palacios, ex-integrante en aquel año de 1914, de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, y su compañera, Francisca J. Mendoza. Ese zipi-zape del cual queda evidencia en la recopilación de artículos que aquí presentamos, no fue ni el primer ni el último choque al interior del Partido Liberal Mexicano, sino que se inserta en el, llamémosle, proceso de purificación revolucionaria que lamentablemente se generó al interior de esa organización opositora.

En efecto, los primeros síntomas de la descomposición diéronse con la separación, por motivos ideológicos, de Antonio I. Villarreal, al que posteriormente uniríase Juan Sarabia. Al primero, Ricardo Flores Magón, haciendo uso de sus exabruptos virulentos no pararía de echarle en cara una experiencia homosexual que supuestamente tuvo con un peluquero en el poblado de Lampazos, Nuevo León. En la presente recopilación podemos encontrar ecos de tal acusación cuando Ricardo Flores Magón se interroga acerca del desatino de Venustiano Carranza al haber enviado a Antonio I. Villarreal a conferenciar con Emiliano Zapata, sentenciando:

Carranza no tiene vergüenza. ¿Cómo se atreve a enviar para que trate con hombres a un infelíz pederasta como es Antonio I. Villarreal? ¿No sabe Carranza que Villarreal sostuvo relaciones amorosas con un barbero de Lampazos de Naranjo, Estado de Nuevo León?

Por supuesto que cabe preguntarse qué tenía que ver la vida privada y, sobre todo, las preferencias sexuales de Antonio I. Villarreal, con las diferencias ideológicas o tácticas que pudiese tener con Ricardo Flores Magón. ¿Acaso no es delesnable ese señalamiento que tan sólo representa un criterio machista homofóbico?

Pero aunado a esos desatinos en los que cae Ricardo Flores Magón, víctima de su desesperación, nos topamos con un dato que cuando realizamos esta recopilación en nuestra editorial, Ediciones Antorcha desconocíamos. Nos estamos refiriendo a la manipulación de fotografías que muchos años después, dicho sea de paso, practicarían gobiernos autoritarios como el stalinismo.

La foto aquí reproducida, que llamaremos Foto 1, es una imagen ampliamente conocida y divulgada. En ella aparecen, de izquierda a derecha, Anselmo L. Figueroa, Práxedis G. Guerrero, Enrique Flores Magón, Librado Rivera, y, delante de ellos, sentado, Ricardo Flores Magón. Ahora bien, una original de esta foto nos la proporcionó el fotógrafo Senya Fleshin, compañero de Mollie Steimer. Ciertamente esa foto ya la conocíamos al haberla visto publicada en varios libros, sin embargo llamábanos la atención el notorio hecho de que la imagen de Práxedis G. Guerrero sin duda alguna había sido agregada, esto es, que Práxedis jamás estuvo presente cuando fue tomada. Recordamos que al preguntarle a Senya sobre esto, nos respondió que él era de nuestra opinión pero que no tenía la menor idea de a quién pudo habérsele ocurrido esa idea. Supusimos nosotros que alguien quiso reunir en una foto a los más destacados miembros del Partido Liberal Mexicano y no dándole más importancia, olvidamos el asunto.

Pero, muchos años después nos topamos, por casualidad, ahora sí, con la foto original, percatándonos de que lo que en un inicio habíamos concebido como un hecho sin importancia, adquiría el grado de aberración stalinista, comparable con las prácticas aquellas de desaparecer las personas de los documentos cuando habían caído de la gracia de Stalin.

En esta otra foto, que denominaremos Foto 2, aparecen, de izquierda a derecha, Anselmo L. Figueroa, Rafael Romero Palacios, Enrique Flores Magón, Librado Rivera, y, sentado delante de ellos, Ricardo Flores Magón. En ésta queda claro que alguien borró a Rafael Romero Palacios, injertando, en su lugar, a Práxedis G. Guerrero. ¿Cuando y quien ideó este cambio? Hasta estos momentos lo ignoramos. No podemos precisar si fue en vida de Ricardo Flores Magón o si fue después. Sólo conjeturas podemos hacer al respecto, y como ello no viene al caso, lo único que nos interesa subrayar es ¿hasta dónde es posible llegar cuando el visceralismo se impone a la razón, cuando la desesperación, el sectarismo y el enfermizo frenesí sientan sus reales sobre el análisis sereno y el pensamiento creativo?

Conviene entonces retomar del discurso de Ricardo Flores Magón correspondiente al año de 1914, lo que cada quien considere sea digno de rescatar y, por ende, rechazar todo aquello que se considere o superado, o inútil o, francamente, negativo y contraproducente.

Ojalá que quien se acerque a hojear esta edición virtual, concuerde con nosotros rechazando, de manera tajante y categórica, esa faceta de ultraviolencia, de sectarismo y virulencia que verdaderamente empequeñece de manera notoria la riqueza del análisis elaborado por Ricardo Flores Magón.

Chantal López y Omar Cortés