Indice de En pos de la libertad de Enrique Flores Magón J. A. Hernández y compañerosCarranza el jesuitaBiblioteca Virtual Antorcha

EN POS DE LA LIBERTAD

Enrique Flores Magón

IDOS



Durante el tiempo en que Regeneración ha estado amordazado por la miseria, muchos de nuestros mejores compañeros han muerto. Desgraciadamente, algunas de las cartas en que se nos notificó la muerte de algún compañero, se nos han traspapelado, debido al mucho tiempo en que hemos estado reducidos al silencio. A eso se debe que no tengamos nota más que de las siguientes defunciones:

En Cost, Texas, murió a fines del pasado año el compañero Jesús Flores. La hoja de servicios de este camarada fue brillante. Jesús Flores tomó parte en las actividades revolucionarias de 1908, y fue uno de los que ayudaron a sacar las carabinas usadas la noche dei 25 de junio de 1908 en el ataque de Las Vacas, donde nuestro camarada Rangel fue herido. Desde esa época, Flores, que era un trabajador consciente, decidido y de valor, prestó importantes servicios, siendo de ellos los prestados en la campaña de 1911, iniciada por el excelente compañero H. Regalado. Hasta los últimos días de su existencia, Flores conservó su entereza y su entusiasmo.

En esta ciudad, en el Hospital del Condado, murió una buena compañera, Rosario Aldama Acosta, madre de nuestros queridos camaradas Francisco, Ramón y Manuel Gamboa, el 27 de junio pasado, después de sufrir por largo tiempo penosa enfermedad.

Otra compañera, también excelente, murió a principios del año en Santa Paula, California, víctima de dolorosa enfermedad, que no fue posible combatir por ser proletario su compañero. Me refiero a la estimable compañera Isabel Orduño, que también era miembro efectivo del Partido Liberal, y que, junto con su compañero, Benigno Orduño, prestó buenos servicios a la causa.

Otra buena compañera más dejó de existir el 10 del pasado agosto, Herlinda J. Flores, compañera de vida de nuestro camarada Jesús Flores, de San Bernardino, California.

A fines de enero pasado, falleció el activo compañero José de los Santos, en Port Lavaca, Texas, donde fungía como representante del grupo Regeneración de aquel lugar.

Como a las tres de la tarde del 29 de abril pasado, cayó atravezado por las balas dirigidas por la traición, el abnegado compañero Faustino Ontiveros. Faustino era viejo luchador. Hombre honrado, dió cabida fácilmente en su pecho a los ideales elevados del Partido Liberal Mexicano y dedicó su vida a propagarlo y aún a combatir con las armas en la mano por ellos. Faustino, al principio de la revuelta maderista, se unió a otros compañeros y entró a territorio mexicano a combatir por Tierra y Libertad. La falta de elementos y las traiciones, hicieron fracasar los planes guerreros de Faustino, volviendo de derrota, pero con gloria, a Texas, donde siguió propagando con ardor nuestras ideas. Por su infatigable actividad en la propaganda, se hizo acreedor al odio de los de arriba y de los inconscientes y los convenencieros; quienes, en la fecha indicada, le tendieron un lazo odioso. Con engaños lo atrajo a la orilla del Río Grande un tal Ambrosio Medina, según se nos informa, entregándolo al asesino Inés Olguín, en cuyas manos murió nuestro desventurado camarada.

Por último, doy la noticia de otra buena compañera ida: Jesusita Mota Aguilar, compañera de vida de nuestro viejo camarada José R. Aguilar, de El Paso, Texas, el 16 del pasado agosto, consumida por la terrible enfermedad de los pobres: la tisis.

Todos los compañeros y compañeras arriba mencionados, se distinguieron en nuestras filas por una u otra causa, y con su muerte perdemos buenos camaradas, excelentes amigos y honrados colaboradores en la grandiosa lucha por Tierra y Libertad. Ello es triste; pero es inevitable, y quépanos el consuelo de que al partir de entre nosotros siquiera ha sido en bien de ellos, porque han dejado de sufrir, no solamente los dolores ocasionados por los males físicos, sino las miserias, también, de la vida odiosa, reservada a los proletarios.

(De Regeneración, del 9 de octubre de 1915. N°207).
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