Documento Nº 11 Sobre el movimiento ácrata del país. Innegable resulta que el movimiento ácrata del país precisa de una poderosa coordinación de voluntades, de temperamentos y capacidades existentes, agrupando núcleos e individualidades hasta formar una vasta organización capaz de iniciar la resolución de los múltiples y arduos problemas de índole ética que palpitan en la vida social. Los sindicatos obreros en México, círculos preferidos donde los anarquistas debemos desarrollar la más esencial tarea propagandística de las ideas de regeneración humana, son cotos cerrados a todo evento libertario, cuestión que en parte débese a los elementos tránsfugas que traicionaron a la causa, vistiendo los negros ropajes de la mercadería revolucionaria. Por ende, gran número de nuestros camaradas hánse vistos reducidos en el entusiasmo y en la acción. Y, actualmente, los sindicatos, son centros donde nada evoluciona, sino la voluntad dictadora y cruel del líder o cacique, en menoscabo de los sufridos trabajadores que, aislados de toda orientación revolucionaria, difícilmente lograrán colocarse en la vía de la propia emancipación. Y por ende, contra el sojuzgamiento de la voluntad individual en las organizaciones obreras, contra los líderes y sus camarillas respaldantes, contra la política falsa y los falsos políticos, contra el Estado y la burocracia, contra la religión y sus fariseos, contra la imposición de todos los credos, debemos emprender una gran cruzada los anarquistas en México, incansablemente, hasta que logremos caldear un ambiente propicio que haga factible el engrandecimiento de nuestro movimiento por medio del ingreso de nuevos elementos que acudan a nuestras filas ansiosos de abrazar las únicas ideas que constituyen la teoría de la verdadera revolución, el camino de la perfección y de la regeneración humana. Más, para lograr este fin, precisamos la celebración de un Pleno Nacional, o que nos pongamos de acuerdo convenientemente, y así podremos consagrarnos responsablemente a una intensa campaña, para la que no nos habrían de faltar simpatías y hasta la colaboración de nuevos elementos individuales, de valía y de cultura. Entre otros aspectos, es de urgente necesidad para el movimiento, la edición de un periódico nacional, amplio, de contenido variado; algo que nos haga difundirnos por doquier, que haga sentir nuestras voces y nuestras inquietudes a través de los pueblos más apartados, que penetre hasta en aquellos en que la verdad es una palabra vana. Para ello, de antemano, todos los minúsculos paladines editados en las distintas regiones del país, habrían de sacrificar su existencia a una necesidad comúnmente sentida, habrían de desaparecer en holocausto de esta obra nacional, amplia y de máximo contenido, sin que esto pueda interpretarse como una labor centralista, sino más bien como un recurso ante las necesidades tan perentorias que aquejan al movimiento que pretendemos vivificar. En fin, expresadas estas palabras breves, sugiero que otros compañeros me sucedan en la opinión y que se superen en argumentos, que al fin todas las sugerencias redundarán en riqueza de argumentos que nos forzarán a la acción perseverante. Helios Gallego (De Libertad. Órgano de la F.A.C., San Luis Potosí, S.L.P., Época II, Nº 11, del 31 de agosto de 1941).