Documento Nº 21.

Algo sobre el Congreso Anarquista de México y nuestra lucha.

De mucho tiempo atrás se había venido sintiendo la ingente necesidad de coordinar las actividades del Movimiento Anarquista de México, con el propósito de iniciar franca y decididamente una labor de propaganda más fructífera y benéfica para nuestra causa. Y así es que por el año de 1933, el grupo Sacco y Vanzetti de San Luis Potosí, lanzó la iniciativa de celebrar un Congreso Nacional, tendiente a ese objeto. Se hace la mayor propaganda posible, llegándose inclusive a sacar el pequeño vocero Tribuna Obrera, que se convirtió en paladín de este propósito, y no obstante contar con la simpatía de los compañeros afines más entusiastas, no fue posible la realización del proyectado Congreso, en parte debido a la modorra de algunos compañeros, el personalismo de otros, a la falta de medios económicos que permitieran seguir interesando a los compañeros escépticos, y también a la carencia de posibilidades económicas por parte de los grupos para sostener delegados ante el referido Congreso.

Posteriormente a iniciativa de grupos radicados en el centro de la República, se crea la F.A.C., organismo al cual se han sumado los grupos que por diferentes causas no pudieron asistir al Congreso en que se constituyó./p>

Tocó en suerte a la F.A.C., en su Congreso Ordinario celebrado el 9 de febrero de 1941, se volviera a abordar la idea de celebrar un Congreso con los mismos propósitos delineados anteriormente por los compañeros de San Luis y demás camaradas que les secundaron. Discutida esta proposición hecha por compañeros delegados de la Federación de Grupos e Individualidades del Distrito Federal, se conviene en la necesidad de convocar a dicho Congreso, dada la trascendencia de los actuales momentos que vivimos, encomendándose los trabajos del mismo a la propia F.G.I.A. del D. F., trabajos en los que la F.A.C. cooperó en cuanto fue posible.

Iniciadas las labores y recibido sugestiones de los diferentes grupos e individualidades, se conviene en celebrar el Congreso durante los días 27, 28 y 29 de diciembre de 1941; el resultado del mismo no podia ser más halagüeño, ya que en él campeó un amplio espíritu de optimismo en lo referente al futuro de nuestra causa. Se funda la Federación Anarquista de México, (F. A. M.), y se toman dispositivos para garantizar, mediante las aportaciones económicas de todos los militantes, el sostenimiento de Regeneración como portavoz de la F. A. M., sin perjuicio de las publicaciones que hasta la fecha se han venido sosteniendo. En lo económico, se determina que sean los grupos e individualidades, en sus respectivas regiones, los que se asignen una cuota voluntaria; encauzar nuestra propaganda en forma coordinada y más inteligente, para que esté al alcance y comprensión de las mentalidades más retrasadas de nuestro pueblo, que hoy como ayer, sigue siendo pasto donde medran los políticos de todos los matices; consecuencia de la ignorancia y desconocimiento absoluto de las tácticas de lucha a emprender, para librarse definitivamente de los buitres que trafican con su miseria.

Después de este pequeño preámbulo, es preciso exhortar a todos los compañeros asistentes al Congreso, para que no echemos al olvido los nobles propósitos que en él nos animaron, que no nos vayamos a cruzar de brazos y dejemos la responsabilidad que a cada uno nos corresponde, en unos cuantos camaradas.

Exhortamos en igual forma a todos los grupos e individualidades que no hayan asistido, a que presten toda su cooperación para el feliz desarrollo de las actividades de la Federación Anarquista de México, y vengan a reforzar sus filas. Que los camaradas, que por pequeñas diferencias estén aislados y sigan pensando como anarquistas, se apresten a compartir con los que estamos en pié de lucha, la responsabilidad que nos corresponde en los acontecimientos que se avecinan. Pues es muy posible que los pueblos, cansados de una guerra que nos han impuesto los altos financieros del mundo en contubernio con su más fiel baluarte, los gobernantes, sean éstos demócratas o nazi - fascistas, que tratándose de defender los intereses creados, en poco difieren, se levanten contra sus opresores y sobrevenga una era de sangrientas represalias para acallar sus justas protestas. Puede suceder también, que ante el desastre en que se encuentra el mundo, si la guerra se prolonga, los pueblos, acicateados por el hambre, se miren envueltos en torbellinos revolucionarios para conseguir el sustento de los suyos, arrebatándolo de quienes resulten beneficiados en la actual carnicería, buscando en el fragor de la lucha, medios de convivencia social justos y humanos, que acaben para siempre con las guerras y la explotación del hombre por el hombre; y para que el anhelo de esos pueblos no fracase, para que sea realidad y esté exento de demagogias, es necesario orientarlo con los elevados principios libertarios de la anarquía, pues de lo contrario, faltos de convicción, es posible que cualquier sagaz los alucine exponiéndoles ideas con leves o acentuadas tendencias sociales, pero que en el primer caso, sólo serían modalidades a que se adaptará al capitalismo para mantenerse a flote en medio de la tormenta que amenaza destruirlo. En el segundo, sería el surgimiento de dictaduras tipo marxista o nazi-fascista, ambas conculcadoras de la libertad, donde la primera concederá a los pueblos satisfacer en forma relativa sus necesidades fisiológicas e intelectuales, pero que al salirse de los límites marcados, estarán expuestos a las iras de los que mandan, erigidos, dizque, en nombre del proletariado.

Ante estas futuras contingencias, nuestro deber es luchar para que la historia no se repita y poner fin al engaño de que se ha hecho objeto a los pueblos a través de los siglos. ¡Para realizar nuestros más caros ideales haciendo triunfar el amor y la igualdad entre los hombres!/p>

Evaristo Contreras

(De Libertad. Órgano de la F.A.C., San Luis Potosí, S.L.P., Época II, Nº 16, del 31 de enero de 1942).