Documento Nº 8.

¿Qué hacer desde el principio de la revolución anarquista?

Es evidente que antes de empezar la revolución hemos de saber qué hacer y qué propagar a los trabajadores para que al producirse la convulsión revolucionaria, puedan ayudarnos en la tarea liberadora.

1ª Habiendo destruido, los proletarios en armas, el aparato de fuerza, que es el Estado: abolición absoluta de la explotación y dominación de un hombre por otro.

2ª Declarar propiedad común la tierra, las industrias, las centrales generadoras de energía eléctrica, los transportes terrestres, aéreos y marítimos, así como todos los medios y útiles de producción.

3ª Abolición total de la moneda y de los metales y piedras llamadas preciosas tasadas, por su escasez, con exorbitantes precios por las clases privilegiadas que la revolución anulo. Sin valor en el interior del país, se utilizarán, en caso de que la revolución no sea mundial, para comprar materias primas, maquinaria y todo cuanto se necesite en las naciones sometidas a la desigualdad económica y social. La psicología del capitalismo es comerciar, y a buenos precios vende cuanto se le pida.

4ª Proclamar el derecho de todo ser humano a optar por la profesión, el arte, la ciencia o clase de trabajo que más de acuerdo esté con sus aspiraciones, capacidades y facultades naturales, y el deber de la sociedad de poner a su disposición cuantos útiles y recursos precise sin que tenga necesidad de luchar, para procurárselos, en competencia con los demás individuos, ejerciendo labores símiles, como ocurría en la sociedad capitalista autoritaria que los desviaba mucho de sus tareas útiles y nobles. Igualdad de derechos y deberes en armonía con las necesidades peculiares de cada individualidad humana: físicas, culturales, profesionales, científicas y de trabajo general, elegido por cada uno.

5ª Distribución equitativa de los artículos, productos, herramientas, etc., y alimentos que escaseen dando prioridad a los más necesitados.

6ª Experimentar, sin titubeos, las más atrevidas concepciones económicas, sociales y pedagógicas en una atmósfera sin coacciones autoritarias ni frenos a las máximas audacias del pensar y del sentir.

7ª No dejar que se constituyan gobiernos ni que se organice policía ni ejército regular. El ejercicio de mando crea órganos de poder y termina constituyendo organismos autoritarios que acabarían haciéndonos retroceder a los regímenes estatales, y nada habíamos adelantado.