Indice de Los seis libros de la República de Jean Bodin | LIBRO SEXTO - Capítulo segundo | LIBRO SEXTO - Capítulo cuarto. | Biblioteca Virtual Antorcha |
---|
Los seis libros de la República LIBRO SEXTO ... En verdad, no hay nada que más aqueje al pobre pueblo como la falsificación de moneda o la alteración de su curso, pues tanto ricos como pobres, en general y en particular, se ven perjudicados enormemente a causa de ello ... Si la moneda, cuya función es medir el precio de todas las cosas, es variable e incierta, nadie sabrá lo que tiene; los contratos serán inciertos; los gravámenes, tasas, gajes, pensiones, rentas, intereses y honorarios, inciertos; las penas pecuniarias y multas fijadas por las costumbres y ordenanzas serán también variables e inciertas; en resumen: todo el estado de la hacienda y de muchos negocios públicos y privados quedarán en suspenso. Aún es más de temer que la moneda sea falsificada por los príncipes, fiadores y deudores como son de la justicia ante sus súbditos. El príncipe no puede alterar el peso de la moneda en perjuicio de los súbditos y menos aún en perjuicio de los extranjeros que tratan con él y comercian con los suyos, pues está sujeto al derecho de gentes. Si lo hace, se expondrá a la reputación de falso monedero, como el rey Felipe el Hermoso, llamado por el poeta Dante falsificatione de moneta. El fue quien, por primera vez en este reino, rebajó la moneda de plata a la mitad de su ley, lo que trajo como consecuencia grandes desórdenes entre sus súbditos ... La ley y el peso de la moneda deben ser regulados adecuadamente, para que ni príncipes ni súbditos la falsifique a su antojo... Por consiguiente, para evitar los inconvenientes apuntados, es preciso ordenar en la República que las monedas sean de metales simples y publicar, siguiendo el ejemplo de Tácito, emperador de Roma, un edicto por el que se prohíba, bajo pena de prisión y confiscación de los bienes, mezclar el oro con la plata, o la plata con el cobre, o el cobre con el estaño o con el plomo. Podría exceptuarse de la prohibición la mezcla del cobre con el estaño que produce el bronce, o metal sonante, ya que entonces no se usaba tanto como ahora, así como la mezcla del estaño dulce con el cobre, para poder fundir cañones ... Por ser imposible, como afirman los refinadores, refinar el oro a veinticuatro quilates sin mezclar un poco de otro metal, ni la plata a doce dineros sin que quede algo de la aleación ..., podría determinarse que el oro labrado y en moneda sea a veintitrés quilates y la plata a once dineros y doce granos ...; haciéndolo así, se guardará la proporción entre el oro y la plata ... De esta forma las monedas de oro y plata serán más sólidas y duraderas ... A fin de que la justa proporción entre el oro y la plata -de doce a uno, aproximadamente, en toda Europa y en los países vecinos- sea también observada en el peso de la moneda, es necesario acuñar las monedas de oro y plata con pesos iguales, de 16, 32 y 64 piezas el marco, sin permitir que se acuñe moneda más pesada ni liviana ... Si se acuñan las piezas de oro y plata con los mismos peso, nombre y ley, es decir, con igual aleación en ambos casos, no subirán ni bajarán nunca de precio, como ahora ocurre casi cada mes, a gusto del pueblo o de los poderosos que rodean a los príncipes. Tras acaparar y tomar en préstamo monedas fuertes, las hacen subir de precio, y así ha habido quien, después de pedir prestados cien mil escudos, hizo subir el precio del escudo en cinco sueldos, con lo que, de un golpe, ganó veinticinco mil francos ... Si se hace lo que digo, se terminará con todas las falsificaciones de moneda y cualquier persona, por poco instruida o ignorante que sea, conocerá la bondad de una u otra moneda a la vista, al sonido, al peso ... La primera vez que se comenzó en este reino a debilitar la plata amonedada y a ligar con ella una vigésima parte de cobre, fue con el propósito de que los mercaderes importasen una plata de la que se carecia ..., pero sin que hubiese necesidad de ello, ya que son tantas las riquezas de Francia, que siempre vendrán con oro y plata de otras partes a buscarlas. El mal se agravó en el reinado de Felipe el Hermoso, que rebajó a la mitad el valor de la moneda de plata ... Con todo esto, los pobres se ven perjudicados y pierden mucho en los cambios ... Las ordenanzas de los príncipes prohíben, bajo graves penas, la exportación del oro y la plata, pero son de imposible ejecución y, en realidad, se exporta mucho por mar y tierra. Aunque fuesen observadas, y no saliese nada del país, los súbditos siempre se las arreglarían para mezclar, alterar y fundir las monedas blancas y rojas si son de diferente ley, ya sea gracias a las autorizaciones que se conceden a algunos orfebres, ya sea en contra de toda prohibición. De este modo embolsan la falta de ley de que adolecen sus obras, resultado tanto de las aleaciones permitidas como del esmalte y soldadura utilizadas, y burlan las leyes y ordenanzas vigentes sobre el precio del marco de oro y plata, encareciendo a su gusto el precio de su trabajo ... La causa de estos abusos radica en la mezcla de los tres metales: oro, plata y cobre. Una vez que se ponga fin a ella, ni el súbdito ni el extranjero podrá defraudar sin ser descubierto de inmediato. Por la misma razón que la moneda de cobre no tenía curso en este reino, porque no se acuñaba, una vez que se proscriba el vellón, con prohibición expresa de acuñarlo, el vellón extranjero será igualmente desterrado. No cabe esperar que extranjeros y súbditos dejen de vellonear y acepten cualquier moneda extranjera mientras el príncipe y la República continúen acuñando el vellón ... Aparte lo dicho, cesarán los abusos de los oficiales de la moneda ..., si bien el verdadero remedio consiste en suprimir todos los oficiales de la moneda, salvo los que haya en una sola ciudad, a fin de acuñar todas ellas ... Urge seguir el ejemplo de los antiguos romanos. Para toda Italia solo contaban can el templo de Juno, donde se acuñaban tres clases de moneda puras y simples, de oro, de plata y de cobre, y tres oficiales que las hacían acuñar y afinar en público y a la vista de todos ... Sería recomendable acuñar la moneda en forma de medallas esculpidas, como hacían los antiguos ...; el coste sería menor, la facilidad mayor, la redondez perfecta; no la cercenarían, ni podría doblarse ni romperse y la marca o señal duraría siempre ... Se evitaría con ello, igualmente, que falsos monederos tuviesen tanta facilidad como actualmente para mezclar los metales ...
Jean Bodin
CAPÍTULO TERCERO
Procedimientos para impedir que las monedas sean alteradas de precio o falsificadas.
Indice de Los seis libros de la República de Jean Bodin LIBRO SEXTO - Capítulo segundo LIBRO SEXTO - Capítulo cuarto. Biblioteca Virtual Antorcha