La obra que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, Los seis libros de la República, del jurista, político y prolífico escritor francés Jean Bodin (1529 o 1530-1596), ha sido reconocida como el primer intento serio de definir y delimitar el concepto de soberanía. Escrita en momentos determinantes de la historia de Francia (1576), en su camino unificador y centralizador hacia la instauración de un sistema monárquico que culminaría en lo que ahora conocemos como el absolutismo, Los seis libros de la República pretenden explicar el proceso del desarrollo del poder político que en aquellos momentos experimentaba Francia. Al mismo tiempo, generaría un buen número de herramientas que sin duda el autor ponía al servicio de la monarquía en cuanto institución generadora de la entonces por muchos anhelada unión nacional y, por ende, piedra de toque de la emanación de las tendencias centrípetas -léase, centralizadoras-, en contraposición con la disgregación de las fuerzas centrífugas, resultado claro del régimen feudal.

Jean Bodin, interpretando los momentos que le tocaron vivir, busca generar los elementos cognoscitivos que permitan un acercamiento positivo a aquella situación, señalando salidas, caminos y objetivos. Sin embargo, y aunque es evidente que uno de sus objetivos era cimentar el concepto de monarquía en cuanto elemento consolidador tanto de la unión nacional como del poder en general, resulta bastante interesante la manera en cómo sus ideas constituyéronse en herramientas utilizadas a mediados del siglo XIX en el proceso escisionista que se generó en los Estados Unidos de Norteamérica.

En efecto, el político sureño, John Caldwell Calhoum, uno de los principales representantes de los llamados Estados esclavistas, no dudó en utilizar los argumentos de Bodin, en su lucha política y jurídica en contra de sus oponentes los norteños. Criticaba acerbamente a los Hamilton, Madison y Jay, esto es, a los principales teóricos del federalismo norteamericano, echándoles en cara que su teoría de la llamada cosoberanía, no era sino una vacilada, y para ello esgrimía los argumentos de Bodin. Curiosamente el señor Calhoum, mostrábase partidario del primigenio regimen político que experimentaron los Estados Unidos de Norteamerica, esto es, la confederación, regimen mucho más tendiente a buscar el correcto balance de las fuerzas centrifugas y las centrípetas que influyen sobre el desarrollo político de una Nación, que a hacer prevalecer las tendencias centrípetas sobre el centrifugismo siempre presente en el quehacer político, y al cual, desde nuestra óptica, jamás hay que ver como un elemento negativo digno de erradicación, sino más bien, por el contrario, como un elemento capaz de controlar, o mantener a raya, las tendencias centralistas-dictatoriales de determinados partidos, clases o grupos sociales.

Ahora bien, sea cual sea la interpretación que se le de a esta obra, sin duda que quien se acerque para hojearla o curiosear entre sus capítulos, extraerá muchísimos elementos de valía.

Debemos precisar que para la elaboración de la presente edición digitalizada, tomamos como única referencia la edición que realizara la editorial Aguilar en 1973, bajo el cuidado del señor Pedro Bravo Gala, y en la cual no fueron incluidos el capítulo noveno del Libro Primero, el segundo del Libro Cuarto, ni el tercero del Libro Quinto. Por desgracia no encontramos otra edición que incluyera todos los capítulos, así que nos conformamos con proponer a nuestros lectores esta aunque incompleta.

Chantal López y Omar Cortés

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