Discurso del ciudadano
Andrés Manuel López Obrador,
ante el pleno de la Cámara de Diputados eregida como jurado, en el juicio de procedencia
en el que se definió el retiro de su fuero constitucional en cuanto Jefe de Gobierno de la ciudad de México.
7 de abril del 2005
El pasado 7 de abril del presente año, todos los que residimos en la República Mexicana, fuimos testigos de uno de los actos más oprobiosos y sobre todo, más estúpidos, de que tengamos memoria: el acuerdo tomado por el pleno de la Cámara de Diputados, retirándole el fuero constitucional al señor Lic. Andres Manuel López Obrador, jefe de gobierno de la ciudad de México, por motivos realmente futiles que de ninguna manera justificaban el haber llevado las cosas al grado que se llevaron.
Asunto sobredimensionado y promovido con obstinación enfermiza, el desafuero del jefe de gobierno de la ciudad de México representó una abierta y temeraria provocación a los habitantes de una de las ciudades más grandes del mundo; y una evidente afrenta para toda la población de la República. Se pretendió disfrazar un asunto eminentemente político como jurídico, convirtiéndolo en un auténtico nudo gorgiano.
Quienes diseñaron tan maquiavélica provocación muy probablemente no midieron las consecuencias de sus actos, y así en su obsesiva locura, hirieron gravemente a la República en sí, despertando con sus idioteces los fantasmas del descrédito, de la desilusión, de la desesperanza, abriendo las puertas a las nefastas ideas de violencias y abandono del camino democrático que tantos esfuerzos nos ha costado crear a todos los mexicanos.
Hoy, a más de tres semanas de haberse llevado a cabo esa estupidez del desafuero parece, por fortuna, que la razón, la prudencia, la calma y el deseo de solucionar los conflictos por la vía del diálogo, comienza a prevalecer, tranquilizando ánimos y serenando conciencias. La mayoría de los residentes en la República Mexicana nos complacemos de ello, estando seguros de que el mejor camino siempre será el del diálogo, ya que la confrontación tan sólo conduce a los estériles campos del revanchismo. En hora buena ese cambio de actitud, cambio que a todas luces terminará beneficiándonos a todos.
El discurso pronunciado ese 7 de abril pertenece ya a la historia de México, constituyéndose en un documento que a no dudar será en lo futuro considerado básico para el cabal entendimiento del proceso de transición democrática por el que hoy atravieza la República. Es por esta razón que he decidido colocarlo aquí, en la sección de Fonoteca de la Biblioteca Virtual Antorcha, convencido de que no obstante la dureza y rispidez de varios de sus pasajes, contiene verdades no de a kilo, sino de a tonelada.
Es de desear que, sirviendo de experiencia, este tipo de acontecimientos nunca vuelvan a repetirse en la República.
¡¡¡Nunca habrá de olvidarse que fue la movilización pacífica de centenares de miles de ciudadanas y ciudadanos, elemento crucial para que renaciera en toda la República la ilusión democrática y la esperanza de que México supere sus deficiencias y diferencias internas en un marco de civilidad y de tranquilidad!!!
Para finalizar, tan sólo deseo precisar que la colocación de este documento sonoro, el cual tomé de la transmisión televisiva realizada por el Canal del Congreso, no tiene más objetivo ni pretensión que la de guardar constancia de uno de los momentos más difíciles por el que hubimos de transitar los habitantes y residentes de la República Mexicana, que anhelamos la existencia de un México más democrático y más justo.
Mayo del 2005
Omar Cortés
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