Cuando tomé la decisión de buscar la manera de colocar la colección de ejemplares de La Antorcha, que desde hace muchos años -septiembre de 1977- Chantal y yo conseguimos microfilmados, me tope con dos problemas: El primero, consistente en ver como digitalizar el microfilm, labor que me era imposible realizar con el scaner que poseo, asi que me puse a buscar alguna compañía susceptible de hacer ese trabajo; y, la segunda, idear la forma en cómo presentar tal digitalización en la sección de hemeroteca de la Biblioteca Virtual Antorcha.

Después de realizar una búsqueda considerable, logre contactarme con una empresa para que me digitalizara el microfilm, y, tras mucho cavilar acerca de la necesidad de intentar mostrar el contenido de cada periódico, mediante una especie de índice, me di a la tarea de ir fichando cada número. Esto, que se dice rápido, no lo es tanto máxime si se toma en cuenta que la colección que ahora pongo a disposición de los interesados, está integrada por trescientos once periódicos y siete boletines.

La elaboración para realizar este trabajo, me llevo, ciertamente, algunas semanas, con jornadas que llegaban a extenderse hasta horas de la madrugada. Por lo general, comenzaba entre ocho y nueve de la noche, siendo común que no parara sino hasta las dos o tres de la mañana. Pero todo este trabajo lo realice con un gusto, con un placer que me es muy dificil poder explicar. En si, mediante esta labor volví a recuperar el sentido que a Antorcha.net, Chantal y yo le habiamos dado; esto es, verlo desde el punto recreativo, bajo un criterio de placer, de satisfacción; nunca como una obligación o como algo que había que hacer porque había que hacerlo.

¡No! La base de Antorcha.net fue, desde su inicio, el gusto por hacer las cosas ... y al realizar las fichas del periódico La Antorcha, me volví a sumergir en ese mundo de felicidad que durante tantísimos años comparti con mi querida Chantal, y aunque ahora ella ya no estuvo físicamente a mi lado, lo estuvo en mis pensamientos, y pude recrear las desveladotas que nos dábamos contruyendo, de a poco a poquito, nuestra Biblioteca Virtual Antorcha.

Sé que el trabajo de ficheo que realice no es todo lo completo que hubiese deseado; sé que adolece de muchas carencias, y que no está exento de errores, sin embargo, estoy convencido de que con todas las deficiencias y errores que pueda tener, resulta imprescindible como guía para aquel que, buscando determinada información, se acerque a las páginas de este periódico.

Colocarlo en la Hemeroteca Virtual Antorcha, sin ningún indice de contenido, sino simplemente poniendo los archivos en bruto, realmente no hubiese servido para nada. Porque estamos hablando no de diez o quince números, sino de más de trescientos. De hecho, la colección que aqui estoy colocando, puede decirse que es casi completa, puesto que de los trescientos catorce números de La Antorcha, publicados entre los años 1921 a 1932, tan sólo tres faltan. Esto es, los números ciento ochenta y dos, doscientos sesenta y siete, y, el trescientos diez. O sea que estamos hablando de una colección de un periódico editado durante doce años.

Asi pues, me siento verdaderamente satisfecho del trabajo realizado, y espero que quien se acerque a curiosear o a buscar determinada información, le sea de utilidad el índice de contenido que con mucho placer elaboré.

También consideré prudente dividir, por años, las plataformas de presentación de los archivos del periódico, puesto que de haber usado una sola plataforma para todo el periódico, hubiera traido como consecuencia una lista enorme de más de trescientos títulos, que, por sí misma, se convertiría en algo por completo infuncional.

Sugiero a quien navegue por este periódico, que, antes de ponerse a bajar números de la publicación sin ton ni son, lea el contenido, y si ve algo que realmente le interese leer o consultar, baje el número, pero que evite el ponerse a hacer un bajadero sin pies ni cabeza.

La razón de mi sugerencia es simple: Antorcha.net ha sido, es y espero lograr que siga siendo, un sitio total y absolutamente libre y gratuito, en donde cualquier persona pueda deambular por todos sus pasillos y recovecos sin proporcionar ningún tipo de datos ni mucho menos cantidad alguna, lo que no significa que a mi, como titular, administrador y responsable de Antorcha.net, me salga gratis.

¡No! No es asi. Desde que Chantal y yo iniciamos Antorcha.net, hace ya casi dieciseis años, tomamos el acuerdo de cubrir el costo del hosting del sitio con dinero que nosotros ganamos de nuestro trabajo, y así ha sido. Lo que quiero precisar es que nadie nos ha regalado nada ni en el pasado ni tampoco en el presente. Ahora bien, dentro de las características de un hosting, tiene su importancia la cantidad de gigas de que se dispone mensualmente en transferencia de banda ancha, la que se utiliza cada que alguien entra al sitio y descarga algún archivo, ya sea una edición virtual, una canción, una conferencia, una publicación, etc., etc. Todo camina de maravilla actuando de manera racional.

Nosotros, y ahora yo solo, desde que iniciamos Antorcha.net, tuvimos cuidado de elaborar nuestras ediciones virtuales mediante la captura en archivos html, ello, entre otros factores, porque tomamos muy en cuenta el peso de cada archivo; y para nadie es un secreto que el archivo html es uno de los archivos más ligeros que existen. A contraparte, los archivos PDF se caracterizan por ser archivos pesados, y es el caso de que esta colección que estoy ahora colocando, se compone de puros archivos PDF, por consiguiente, su peso, es considerable. Asi, el ponerse a bajar números de este periódico, nada más porque sí, lo único que traerá como consecuencia es limitar las posibilidades de otras personas para acceder a información que quizá sí sea de su interés. Es por ello que recomiendo evitar, en lo posible, ponerse a bajar a lo loco números del periódico.

Estoy también consciente de la existencia de personas que andan, en la red, en busca de material para metalizarlo, esto es, sacar provecho monetario del trabajo de otros. Las razones de este tipo de actitudes pueden y de hecho son muchas, sin embargo, realizo un llamado a quienes así actúan a concientizarse y evitar, en lo posible, el ponerse a bajar el periódico entero de un jalón, para después grabar los archivos en un disco y venderlo. Si bien sé que nada puedo ni quiero hacer para impedir que lleven a cabo sus actividades, pero, por lo menos, si lo hacen, haganlo poco a poco y no de golpe, ni todo en el mismo mes, porque eso si que traería consecuencias negativas tanto para el sitio, asi como para las personas que habitualmente acuden en busca de información.

Sé también de la existencia de personas compulsivas, que les por bajar todo lo que encuentran. Me he topado con algunas gentes que se ufanan de tener en sus discos duros miles de ediciones virtuales, decenas de miles de canciones o cientos de videos o películas. Claro que ante mi tímida pregunta de cuántas de esas ediciones virtuales han leido, o cuantas melodias de las decenas de miles que tienen, escuchan con regularidad; o cuántas películas de los cientos que almacenan, han visto, el porcentaje de utilización de esos archivos es verdaderamente bajísimo, ya que por lo general no alcanza ni tan siquiera el tres por ciento del material bajado. Por supuesto que tal conducta compulsiva ha de obedecer a un conjunto de causas particulares, sin embargo, espero, que tales personas, se midan en su obsesión, y no bajen, simplemente para aumentar a su colección de trofeos cibernéticos, los archivos del presente periódico.

Para terminar, señalaré que no obstante que la digitalización del microfilm que contiene el periódico La Antorcha, se realizó de la mejor manera posible buscando preservar la calidad de los archivos, en algunos ejemplares es notorio el deterioro del periódico, por lo que su consulta requiere del esfuerzo del consultante. El PDF es un tipo de archivo que ofrece muchísimas ventajas, entre las cuales cabe resaltar la posibilidad de ampliar el contenido, ventaja a la que de seguro en más de un caso quien desee leer o consultar algún periódico habrá de utilizar. Por favor, jamas se pierda de vista que detrás de la posibilidad de acceder a esta bastísima fuente de información constituida en el periódico La Antorcha, está el trabajo o la labor de seres humanos de carne y hueso. Tener siempre esto presente es, a todas luces, muy positivo.

Una cadena más o menos grande de labores concatenadas, realizadas por seres humanos de carne y hueso, es lo que permite el acceso a esta fuente de información. ¡¡¡Por favor, jamás lo olviden!!!

Julio de 1914
Omar Cortés