¡¡¡Cuidado!!! Se vislumbran nubarrones de desestabilización
Muy probablemente suceda que a raíz del proceso electoral por realizarse a inicios de este mes de junio, se generen condiciones favorables a un marco de desestabilización política que indudablemente repercutirá en el aspecto económico y social de México. De generarse ese panorama, deberemos mantenernos firmes en nuestra negativa de enfrentamientos capaces de dividirnos. Nada vamos a lograr, salvo el debilitarnos, peleándonos y discutiendo entre nosotros. Asi que, respetando por completo las preferencias e inclinaciones de cada quien por algún partido, candidato o ideología, deberemos mantenernos tercos dentro de los límites de la tolerancia y el respeto mutuo. Nada de agresiones ni aceleres.
Muy probablemente tiendan a presentarse casos de conflictos postelectorales en diversas regiones del pais, e incluso quizá haya sitios en que tales conflictos tiendan a agravarse en demasía. También hay que tener presente la posibilidad de intempestivos cambios en la proporcionalidad de los votos que alteren de manera considerable el status quo de la política actual, creando, por consecuencia, severas cuarteaduras en las estructuras de municipios, congresos estatales, gobiernos de Estados e incluso en la Cámara federal de diputados.
Si alguno de estos supuestos llegase a ocurrir, no debemos de alarmarnos, sino muy por el contrario, nuestra actitud ha de ser la de mantener la ecuanimidad. Por supuesto que, en el caso de que tal marco se generara, habrá, de seguro, una terrible lucha por parte de quienes vean comprometidos sus intereses, por lo que el tironeo tenderá a mostrarse muy rudo.
Además, existe otro factor que no debemos pasar por alto: si en algún Estado o algunos municipios, las corrientes que han amenazado con impedir el proceso electoral, llegasen a salirse con la suya, por supuesto que ello sería un terrible factor de desestabilizaciones regionales que en mucho agudizaría las contradicciones ahí existentes.
Por otra parte, en la misma capital de la República, en la ciudad de México, ya puede irse adelantando la presencia de rispideces que, esperemos, no conduzcan a enfrentamientos mas serios, ya que también en el Distrito Federal se prevee que en algunas delegaciones la competencia electoral se agudice pudiendo generar serios conflictos postelectorales.
Si nuestras presunciones llegasen a materializarse, resulta lógico el efecto que tal situación generaría en el, de por sí muy fragil, marco económico, e igualmente en el terreno propiamente social. Incluso, pudiera darse el caso de que de la noche a la mañana la situación del país se convirtiera en un auténtico galimatías.
De todas maneras, debemos estar plenamente conscientes de que el exceso de gasto durante el periodo de campañas electorales ha sido, sin duda alguna, un elemento que ha favorecido el entorno económico en la República, pero esta derrama terminará con la finiquitación de las campañas, lo que, evidentemente, habrá de traer consecuencias en el aspecto económico del país, por lo que no deberemos de procuparnos en demasía por algo ciertamente inevitable.
Pase lo que pase, es conveniente no caer en provocaciones de ningún tipo, ni mucho menos acelerarnos, sino continuar dentro de un marco de tolerancia y respeto, rechazando cualquier actitud de violencia física o verbal.
La situación, pues, no se nos presenta nada halagüeña, por lo que nos deberemos demostrar a nosotros mismos nuestra capacidad de autocontrol. Ya vendrán tiempos mejores en los que podamos constatar que nuestro actual rechazo a toda imprudencia y acelere, fue lo mejor que pudimos hacer. Hoy por hoy, habremos de soportar un severo y agresivo temporal, pero, mañana, cuando el cielo se despeje y el sol brille de nuevo, otro gallo cantará.
Junio de 2015
Omar Cortés