LA HORA DE LA VERDAD
Aunque aún está en el aire la conformación de la Cámara de Diputados federal, debido al enorme cúmulo de protestas, señalamientos e inconformidades presentadas por los diversos partidos políticos, que quizá alteren los resultados hasta ahora conocidos, de todas maneras existe una visión, tal vez cercana a la realidad, de cómo terminará estructurada, y es la que puede servirnos de base para vislumbrar los pesos políticos de cada una de las fuerzas ahí representadas.
El asunto no es de poca monta, sobre todo si tomamos en cuenta la cercanía para que el Ejecutivo Federal presente, precisamente ante la Cámara de Diputados federal, su propuesta presupuestaria para el ejercicio fiscal de 2016. Y ahi será, sin duda, donde arda Troya.
Todos, unos más otros menos, estamos informados de que la situación financiera que enfrenta la República no es para nada asunto menor, sino, por el contrario, el panorama se ve bastante complicado. Por un lado, el derrumbe de los precios internacionales de los hidrocarburos ha colocado a las finanzas públicas del Estado mexicano en situación muy comprometida, ya que es muy abultado el desplome de ingresos que por la venta de petróleo se dejará de recibir; y, por el otro, la espada de Damocles de la, ahora si, inminente alza de las tasas de interés en los Estados Unidos de Norteamérica, parece constituirse en la puntilla de todo este enredo.
Si a lo anterior añadimos el desplome del precio internacional de muchas materias primas y de no pocos productos agrarios, el panorama tiende a ennegrecerse aún más.
Para acabarla de amolar, ahora resulta que muchas corporaciones empresariales mexicanas, que buscaron aprovechar las bajas tasas de interés que dominan en nuestro vecino del norte, no fueron prudentes y se endeudaron hasta el tope en dólares, y ahora que la moneda norteamericana se ha revaluado, y que, paralelamente, las tasas de interés en los Estados Unidos de Norteamérica no tardaran mucho en incrementarse, esas corporaciones empresariales están que no las calienta el sol, colgando materialmente de un hilo, ya que si la elevación de las referidas tasas es considerable, de seguro arrastrara a la bancarrota a buen número de ellas, lo que afectaría severamente la ya vapuleada economía doméstica de México, generando varios cortocircuitos que muy probablemente conllevarían a despidos y acelerarian, sin duda alguna, el proceso inflacionario interno, cuyo control ha sido, hasta el momento, la mejor carta que, en su favor, ha blandido la administración pública federal.
Ahora bien, para comprender hasta qué punto la situación puede llegar a convertirse en un panorama crítico, no debemos olvidar la insistencia del encargado de los dineros de la República, en su interés por estructurar el presupuesto de 2016 bajo la tan repetida, aunque muy poco comprendida, dinámina del presupuesto base cero.
En poco tiempo habremos de comprobar cuál es la factibilidad real de ese estribillo llevado a la práctica, como también habremos de ser testigos de la fortaleza programática de los partidos que habrán de inmiscuirse en todo este proceso en torno al presupuesto de 2016. Las resistencias y luchas serán, sin duda, de consideración. Todos los sectores sociales estarán muy pendientes de lo que se discuta y, en su caso, se apruebe o se rechace, existiendo, ciertamente, la posibilidad de que este asunto pueda descarrilarse, y ello simplemente por la enorme trascendencia que tendrá para el futuro de México lo que en materia presupuestaria se decida.
Sin duda que las elecciones recién celebradas alteraron la conformación habitual de la Cámara de Diputados, sobre todo en el sector que podríamos llamar de izquierda, puesto que, además de que uno de los partidos así calificados, pende de un hilo su existencia de registro por no haber alcanzado el porcentaje mínimo requerido, las luchas, forcejos y enfrentamientos en los otros partidos calificados de izquierda, francamente les ha debilitado a tal grado, que de no tender puentes de comunicación y entendimiento que les conlleven a presentarse como una sola voz en el proceso definitorio del presupuesto de 2016, tristemente sus alegatos quedarán tan sólo como datos testimoniales para el futuro. Mucho habrán de trabajar, entonces, tanto las bancadas como, sobre todo, sus dirigencias, para ir limando diferencias y tendiendo puentes de comunicación, entendimiento y acercamiento, con otras corrientes o sectores de otros partidos que, sin ser precisamente de izquierda, pueda, sin embargo, entablarse con ellos pactos y acuerdos sobre determinados asuntos.
En fin, todo será cuestión de conocer la propuesta presupuestaria que presente el encargado de la Secretaria de Hacienda para, de inmediato, ponerse a laborar, dejando de lado las pasiones y rencores que pudiesen haberse acentuado en el recién proceso electoral. Todos, absolutamente todos, deberemos estar muy pendientes de ello, cuidando de la manera como nos sea posible, que las pasiones no se desborden en un inútil y contraproducente sectarismo, porque a todos, absolutamente a todos, nos afectará o beneficiará lo que en ese proceso de conformación presupuestaria se acuerde.
Además, y no está de más el señalarlo, el ejemplo que al mundo entero está dando Grecia, de seguro alterará el panorama económico mundial incidiendo, políticamente, en muchos lugares; por lo que mal se haría en suponer que México sería inmune a su influencia. La lucha que el pueblo griego, junto con sus autoridades, habrán de dar, están, hoy por hoy, siendo monitoreadas por millones de personas y grupos sociales del mundo entero. Así pues, pase lo que pase en Grecia, su ejemplo está despertando infinidad de consciencias, por lo que esperamos que su influencia se deje sentir con fuerza en nuestro México lindo.
Julio de 2015
Omar Cortés