UN POCO DE OXÍGENO NO VIENE MAL

Una atmósfera sumamente densa amenaza con ahogar a toda la población de nuestro México lindo, y es que está conformándose la tormenta perfecta que, sin duda, nos meterá en severos problemas. Por un lado el asunto mil veces cacareado del aumento a las tasas de interés norteamericanas, parece ser que se encamina hacia el alza; por otro, la caída del precio del petróleo, y lo que es aún peor, su derrumbe en la producción nacional, ha mermado considerablemente las posibilidades de maniobra y reacción de las autoridades financieras mexicanas; y, para acabarla de amolar, la verborrea producida por la competencia electoral en la carrera por la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica entre los candidatos de los partidos contendientes, hace preveer que cualquiera que fuese el triunfador, llevará a la práctica un severo ajuste en cuanto al papel que otorgara a medidas proteccionistas, lo que en sí conlleva, quiérase o no, a la revisión, si no es que a la cancelación, de los llamados tratados de libre comercio. Y como pilón a todo este rollo, no podemos pasar por alto la terrible provocación lanzada por una de las llamadas compañias calificadoras, descalificando o, si se prefiere, haciendole manita de puerco a las autoridades financieras mexicanas, alertando sobre el grave problema en que se está metiendo México con la manera tan acelerada en como a aumentado su deuda externa, cosa que obliga a que en el diseño del susodicho presupuesto deba encararse este asunto, lo que, por lógica, tenderá a empobrecer aún más la propuesta que el gobierno habra de hacer.

Así, ante tan severo como contundente panorama, nuestra economía del suelo no pasa.

En este mes de septiembre habrá de presentarse, ante la Cámara de Diputados, la propuesta presupuestaria para el próximo año. Y como es lógico suponer, habrá un severo ajuste que, por desgracia, impactará severamente en la población.

Se han contratado ya, ha decir de las autoridades, los instrumentos de cobertura para garantizar mínimamente recursos por las ventas de petróleo. El precio negociado a través de tales instrumentos ha sido de treinta y ocho dólares por barril, lo que quiere decir que si el barril de petróleo llega a cotizarse por debajo de dicha cantidad, el seguro cubrirá la parte faltante. Este precio es once dólares menor al conseguido para las coberturas del año en curso, las cuales cubrieron el precio del barril a cuarenta y nueve dólares, sin embargo, los treinta y ocho dólares negociados no están del todo mal, sobre todo si tomamos en cuenta que el primer ofrecimiento rondaba los treinta y cinco dólares.

Ahora lo importante será la manera en como la representación popular, esto es, la Cámara de Diputados, organiza las cosas para canalizar los recursos que se tengan, de manera tal que se ocasionen los menores problemas a la población.

Por supuesto que es de preverse un jaloneo de los mil demonios, en el que no serán pocos los que buscarán, ya para fines personales o partidistas, sacarle tajada a la situación. El marco está que ni mandado a hacer para que se pudiesen generar una serie de arreglos en lo obscurito que busquen amarrar privilegios y prebendas, por lo que la sociedad en su conjunto deberá estar muy pendiente de todo el proceso.

Las autoridades financieras han declarado que en su propuesta no incluirán ninguna nueva contribución ni tampoco algún aumento a las ya existentes, precisando que será al gobierno al que le toque amarrarse el cinturón. Muy bien, pero el hecho de que el gobierno no incluya nuevas contribuciones ni aumentos a las ya existentes, no quiere decir que las representaciones partidistas presentes en la Cámara de Diputados tengan la misma idea, porque puede suceder que los diputados acuerden lo contrario y ... pues a alguien se lleven al baile.

Realmente muy ingenuo es suponer que la administración pública actual cuente con una fuerza tal que controle completamente a las fracciones parlamentarias de la Cámara de Diputados; es más, el jaloneo que se traen en las entrañas del partido en el poder hace preveer que la situación lejos está de considerarse controlada. Ha habido unos golpeteos terribles a gobernadores y equipos políticos de alto nivel del partido en el gobierno, por otros sectores del mismo partido, sin poderse augurar un férreo control por parte de alguno de ellos. Los chantajes, entonces, también habrán de jugar una importancia mayúscula en la negociación del presupuesto, por lo que los y yo que saco votando lo que tú planteas, va a ser, si no es que ya es, moneda común de las susodichas negociaciones.

Ante tal panorama, la única posiblidad que como sociedad organizada tenemos, es mantenernos muy al pendiente de todo el proceso y actuar, de manera civilizada, por supuesto, cuando sea necesario.

Como mexicanos ya hemos sido víctimas de innumerables engaños; nuestra ingenuidad ha rebasado por mucho todos los límites de la cordura. Ya es hora, pues, de que prestemos un poquito más de atención a lo que nos puede perjudicar y busquemos evitar, en la medida de nuestras posibilidades, el que nos vuelvan a llevar al baile.

De última hora nos hemos enterado de que en la denominada ciudad de la eterna primavera, se llevo a cabo un vergonzoso acto de desalojo en contra de ciudadanos que pacíficamente protestaban por asuntos políticos de caracter local. Parece ser que las autoridades locales están extraviadas en insensatas rabietas, y eso no está bien, ya que tan solo conduce a tonterias como la acaecida. Es de esperar que los ánimos se serenen y los enojos se tranquilicen. No hay que olvidar la sabiduria del dicho popular que señala: el que se enoja pierde.

Septiembre de 2016
Omar Cortés