Anibal
El peor enemigo de Roma
En el video que ahora colocamos en los estantes de nuestra Videoteca Virtual Antorcha, de la película Anibal: el peor enemigo de Roma, producida por la empresa inglesa BBC, y colocada en nueve partes, en el sitio You Tube, se describe, de manera novelada, la epopeya militar del cartagines Anibal (247 a.C-183 a.C), en su ataque a territorio romano, dentro del macro proceso político, militar y económico que fue la segunda guerra púnica.
En efecto, el fortísimo choque entre el poder emergente romano contra el poder consolidado cartagines, en relación al dominio político, comercial y militar del Mediterráneo, inició en el siglo III a.C. con la lucha por la isla de Sicilia, territorio cartagines, desatándose la primera guerra púnica. La participación del jefe militar cartagines Amilcar, padre de Anibal, fue en aquella guerra importante. La derrota cartaginesa no aseguró a la República romana haberse quitado de encima y para siempre a sus odiados enemigos descendientes de los fenicios. Cartago, con todo y la derrota sufrida en aquella primera guerra púnica, continuaba siendo un peligro latente para las intenciones expansionistas romanas, y sólo era cuestión de tiempo para que el conflicto entre ambos poderes volviera a empezar.
Los principales actores en el desarrollo de lo que podría denominarse, usando el lenguaje de las luchas libres, la segunda caída, esto es, la segunda guerra púnica, serían los tres hijos de Amilcar: Anibal, Asdrubal y Magón, quienes pusieron en jaque a la poderosa República romana.
Considerado, por propios y extraños, como un brillantísimo estratega militar, el cartagines Anibal tuvo la osadía de emprender un ataque a territorio romano por tierra, desplazándose desde el territorio que ahora abarca España, cruzando los Pirineos y los Alpes, para arribar al norte de Italia, desafiando con ello toda lógica y prudencia.
El hecho de armas con que inicia esta segunda caída entre romanos y cartagineses, fue la toma, por parte de la descendencia fenicia, de Sagunto, hecho que desencadenará el movimiento de tropas romanas y cartaginesas, así como el desplazamiento del ejército de Anibal, con todo y elefantes, hacia territorio romano.
En esta avanzada, Anibal demostró que no sólo era un gran estratega militar, sino también un político inteligente, puesto que grillando a cuanta tribu y pueblo se encontró en su camino, logró ir engrosando su ejército, al convencerlos de que se unieran a su lucha en contra de Roma.
Una sucesión de batallas entre los años 218 y 216 a.C., en las que Anibal alzóse triunfante, fueron de gran importancia para que su armada creciera sorprendentemente en número. Sus triunfos en las batallas de Ticino, Trebia, Lago Trasímeno, y sobre todo, en la mítica batalla de Cannas, considerada la joya de la corona, en la que arrazaron a los romanos, permitirían a los tres hermanos, Anibal, Asdrabal y Magón, alcanzar un lugar seguro en el fresco de la inmortalidad.
Lo que sigue siendo hasta la actualidad una incógnita es el hecho de que Anibal no intentó el sitio y la toma de la mismísima Roma, a pesar de que tuvo la oportunidad de hacerlo. A este respecto muchas elucubraciones se han hecho, habiendo quienes opinan que no obstante su destreza como estratega militar, la carencia de herramientas de guerra en el ejército cartagines, definitivamente no le permitía intentar siquiera llevar a cabo empresas de esa envergadura, llegándose a afirmar que si a Anibal se le hubiese ocurrido atacar Roma, su derrota aparte de segura, hubiese sido desastroza.
Otros opinan que las razones por las cuales Anibal no dio ese paso, fueron de índole político, de cara a la incertidumbre que hubiese generado el derrumbamiento de la República romana, y, sobre todo, al lugar que le quedaría reservado a él después del desplome de Roma. Dicen quienes esto suponen, que Anibal no estaba muy seguro de la fidelidad que le guardaban los jerarcas cartagineses, puesto que, y bien lo sabía, con más de un enemigo contaba, ademas de que entre sus amigos, había muchos tan sólo de interés, que en cualquier momento podían volteársele y clavarle un puñal en la espalda. Había, asimismo, el asunto de qué camino tomarían sus aliados, las tribus y pueblos que había convencido de que se le unieran para combatir la República Romana, después del derrumbe de ésta.
Así, si bien su osadía y atrevimiento en su desplazamiento territorial hacia Roma, habíale ganado la admiración y reverencia del mundo antiguo, su prudencia en no atacar la ciudad por las posibles consecuencias que tal acción tendría, constituyó el inicio de su ocaso, el cual se manifestaría en la oprobiosa derrota que sufrió ante las fuerzas romanas comandadas por el mítico Escipion el africano, en la batalla de Zama, en el año 202 a.C.
Se cuenta que Anibal terminaría suicidándose alrededor del año 183 a.C., cuando ya hacía tiempo que habían fallecido sus hermanos Asdrabal y Magón y que este solo hecho marcó el inicio del derrumbe del poderío cartagines.
Enero del 2012
Chantal López y Omar Cortés
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