La construcción de un Imperio:
Los bizantinos

History Channel produjo un video, que se encuentra albergado en el sitio You tube, con el título de La construcción de un Imperio: Los bizantinos. En realidad trata de los notables avances arquitectónicos y de ingeniería manifiestos en la construcción de Constantinopla en cuanto capital del llamado Imperio Romano de Oriente, relatando además algunas anécdotas sobre el quehacer de varios emperadores.

A lo largo del video, recurren de manera reiterativa a los términos Imperio Bizantino. Parece ser que el primero que los utilizó fue un historiador alemán de nombre Hieronymus Wolf en el siglo XVI. Posteriormente y debido a la repetición que de estos términos hicieron notables escritores franceses, durante el siglo XVIII tiende a generalizarse su uso. Y así, de repetición en repetición, lo que desde un inicio era un disparate, terminó utilizándosele de manera común, generando una tergiversación histórica, de cuyo ejemplo el video que ahora colocamos en nuestra Videoteca Virtual Antorcha deviene una clara muestra.

En efecto, en este video no existe el menor cuestionamiento sobre el por qué del uso de los términos Imperio bizantino, sino que, dando por hecha la existencia de ese supuesto imperio, se llega al absurdo de ubicarlo como heredero de las tradiciones del Imperio Romano.

Ahora bien, para clarificar nuestra opinión, debemos realizar algunas breves precisiones. En primer lugar, jamás debe perderse de vista que el aquí llamado Imperio Bizantino no es sino el Imperio Romano de Oriente. Tiene su origen en las reformas político-administrativas impulsadas durante el siglo III por el emperador romano Dioclesiano, quien sentó las bases de la bipartición imperial romana mediante una forma de organización política conocida históricamente como tetrarquía, que permitía la división del Imperio gobernado por dos emperadores y dos vice-emperadores. Dicha reforma buscaba evitar el desgarramiento del imperio, provocada por las constantes luchas que en su interior se generaban. Años después, la reforma de Dioclesiano vendría a ser puesta en práctica por el emperador Constantino I, también llamado Constantino el grande, quien ordenaría iniciar la construcción de lo que él denomino la nueva Roma, y que terminaría siendo llamada, en su honor, Constantinopla.

Tenemos entonces que desde su nacimiento, Constantinopla fue la capital del Imperio Romano de Oriente, y toda su población -medio millón de personas- se consideraba romana con idénticos derechos que los habitantes de Roma en Italia. Y no sólo los pobladores de Constantinopla se asumían como romanos, sino que en todos los territorios, para las poblaciones de aquel entonces, Constantinopla no era sino la capital del Imperio Romano Oriental. A nadie, absolutamente a nadie, ocurriásele nombrar a aquel complejo político-militar Imperio bizantino. Sin embargo, aunque durante más de mil años el Imperio bizantino no existía como tal, los autores de este video nos lo presentan como un término de uso corriente.

Quizá hubiese sido interesante comenzar por interrogarse si el uso de ese termino era correcto, ya que, al buscar una respuesta, se hubiesen topado con un tema ineludible: las reformas implementadas durante el siglo VII por el emperador Heraclio, que representaron un claro rompimiento con las tradiciones romanas. Nos referimos al reemplazo del latín por el griego como lengua oficial del imperio, al igual que al cambio de nombre de emperador augusto, por el de emperador basileus. Estas reformas, que sin duda evidencían un cambio en el desarrollo del imperio romano oriental, no pueden considerarse como piedra de toque para la utilización del término Imperio bizantino, y ello no obstante que algunos historiadores tómanlas de base para prescindir del término Imperio Romano y utilizar el de Imperio bizantino, refiriéndose con ello a los dominios territoriales, militares, políticos y administrativos que abarcaba Constantinopla.

En el documental sobresalen las animaciones y explicaciones referentes a los avances en ingeniería demostrados por los constructores del gran acueducto de más de doscientos cuarenta kilómetros de longitud que permitía transportar el agua hasta Constantinopla; también, destacan las enormes cisternas construidas debajo de la ciudad en las que almacenábase el vital líquido que garantizaba la supervivencia de los habitantes de la capital del Imperio Romano de Oriente; e igualmente, impresionantes resultan ser las construcciones de la basílica de Santa Sofía y del hipódromo.

En fin, si bien la información brindada en este video trae el error de usar los términos inadecuados de Imperio bizantino, no es motivo para desechar el caudal de información que brinda y que sin duda es de interés para tod@ estudios@ de la historia antigua y medieval.

Noviembre del 2011
Chantal López y Omar Cortés






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